EL PONCHO
En el poncho no están solamente el hilo y la
hilandera. Esta la tierra callada y grávida, el canto de las calandrias y la
soledad del cardón: están los sueños y las rebeldías del hijo de la tierra;
está el adiós del que nunca volvió; está la vidala otoñal, quejándose en aire
de leyenda y está el amor, hecho ternura y hermandad, en su sereno esperar.
.(Atahualpa Yupanqui )
Carta de Juan Martín de Pueyrredón
a José de San Martín, 2 de noviembre de 1816:
“…además de las 400 frazadas
remitidas de Córdoba, van ahora 500 ponchos, únicos que se han podido
encontrar. Se dio la orden para que se compren los que faltan, librando su
costo contra estas cajas..
Están dadas las órdenes para que se
remitan a usted las 1000 arrobas de charqui que me pide para mediados de
diciembre.
…van todos los vestuarios pedidos y
muchas mas camisas. Si por casualidad faltasen, toque usted el arbitrio de un donativo de ponchos, mantas viejas y
frazadas de ese vecindario; no hay casa que no pueda desprenderse de una manta
vieja.” Es menester pordiosear, cuando
no hay mas remedio.”
Pero a San Martín no le alcanzaba
la ropa para tanta cantidad de soldados y el gobierno de Bs. As le empezó a
regatear envíos. Hasta que Pueyrredón le dice “que lo van a colgar” si sigue
enviándole “ pañol” , dinero, pertrechos. (Archivo H. de
Mendoza)
·
Tengo
adentro una sangre…..que me llora y me llora….y me pone de miel….el cuerpo entero…..Soy el silencio de las mujeres……que
tejen lo que callan….., sus lanas coloradas….y el ají amarillo…de las comidas
al alba….y esto que mas me duele…y que me aqueja….(Manuel Castilla)
En los fondos documentales de los
archivos históricos , encontramos interesante
información:
16 de agosto de 1827, el
general José María Paz le escribe Lavalleja: …”.ya sabe, el señor
gral. en Jefe de la Caja del Ejército no tiene un peso y los artículos que
llevan los vivanderos, se hallan a un precio tan exorbitante que tre s meses de
paga de un oficial subalterno, no bastan para comprarse un poncho de bayeta o
paño y un pantalón. La desnudez de los oficiales y tropa, es cada dia mas
vergonzosa y horrible; hay muchos soldados que no se mueven del rincón de sus
barracas y que no tienen mas que un poco de paja para reclinarse y cubrirse.
El Hospital del Ejército, lejos de
ser un asilo, en que se alivie el soldado doliente, es una casa que, en el
estado que se halla, es la mas propia para agravar las enfermedades y hacer
mortales las mas leves.. No hay lienzo para vendas, no hay hilas ni cobijas, no
hay con que alimentar a los enfermos mas que carne sin sal y están cubiertos de
insectos y no hay un medio para aliviarlos. (Boletín histórico N° 49).”
*Tu
mujer y tus hijas hilaban los vellones…..de la majada, como quien hila
nubarrones….// Barracanes y mantas, puyos y calamacos….escardaban pelambres de
llamas y guanacos;…y tejidos a pala, tus ponchos molinistos,……prendían la
codicia de los ojos vallistos….porque eran apretados de trama y dura
urdimbre….como si fueran hechos con los nervios del mimbre….(Víctor Adolfo
Seri)
Como siempre andaban tan escasos de
todo, si podían , se quedaban con el botín del enemigo, no sólo de los
pertrechos militares sino especialmente, del depósito de vestuario, si tenían.
Después, algunos soldados parecían medio disfrazados con pantalones y camisas
de otro color que el suyo.
·
Compañero en toda hora…..testigo de mi pasado….,
aunque estés viejo y ajado…..siempre serás para mi,….la reliquia guarní….de
este suelo santo y puro,… no te dejaré, te juro,…..mi viejo poncho colí.
(Heraclio Perez)
El Reglamento Provisorio de Artigas
(1815) establecía los derechos que debían
pagar las mercaderías extranjeras y protegía a la tejeduría local, pero fracasó
ante la intransigencia porteña. (Archivo Histórico del Uruguay)
También se emplearon otras fibras
como el algodón de palo borracho, la fibra de palma mbocayá y de la ortiga
brava, los filamentos del capullo de una
mariposa parásita del algarrobo y hasta
el pelo de perro. (Tejidos incaicos y criollos, Fausto Burgos)
Desde 1835 y por casi 20 años,
Mendoza sostuvo la industria de la seda. Se tejieron bellas prendas, pero una
epidemia atacó a los gusano de seda y la producción desapareció.
La tintura mas importante, de
origen animal, es la grana que se obtiene de un insecto parasito, la cochinilla
de la tuna, el quimil y otro tipos de cactus..
Las chaquetas de la guardia real
británicas estaban teñidas con grana americana.
El hombre que se tiende sobre la
tierra con la sola compañía de su poncho, se tiende sobre muchos recuerdos de la infancia, sobre las últimas
consejas de la madre, sobre el adiós del tata que se marchó por caminos
definitivos; set tiende sobre la promesa de la primera novia en la montaña y
sobre los dolores de la raza y las esperanzas del pueblo. (A. Yupanqui)
Algunos ponchos indios:
El puyo de vicuña y llama; lo
curioso del cardado es que está hilado c franjas castañas.
El araucano, de doble cruz, remonta
la alegría de sus colores vistosos en una gama de matices potentes.
El incaico, de tres tonos, que
comprende el colorido indio, con su guarda azteca, de arabescos brillantes, en
blanco y negro.
El vallista, gris con guarda azul,
poncho para pueblos de tardes lujosas.
El diaguita, castaño con guardas y
el tinogasteño de azul puro, parecido a una franja luminosa arrebatada al
cielo.
El riojano, de lana y el
correntino, cubierto de un sinnúmero de rayas grises y el poncho satamariano,
de color impoluto, igual que el tinogasteño, de esplendoroso colo azul..
Los troperos usaban el poncho
pardo, de trama bien cerrada, que ni las heladas pasaban. ( Juan José Berón.
“Los domadores”).
*Viejo lancero de Urquiza,….estás
fuera de la historia,….no ambicionaste otra gloria….que tu lanza y tu
divisa….///Tu poncho color ceniza….fue guía en los entreveros,….y ente los golpes
certeros …de tu lunado rejón,….se hizo
trizas el frontón….de los rojos mazorqueros. ( Décimas de J. Zaragoza)
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