miércoles, 7 de febrero de 2018

LAS ROSAS NEGRAS DE FLORA

  Rosa negra…que delatas el aura… los instintos más puros….y recuerdos de ansias…Rosa negra….que anidaste en mi vida, en un rincón del alma….te encuentro escondida.

 El rosal existe, hace por lo menos 35 millones de años y el interés es notable en las culturas más antiguas.
El primer testimonio histórico si sitúa en los valles entre el Tigris y el Eufrates, y en algunas excavaciones han sido descubiertos en Ur de Caldea y cuentan que, emperadores persas rodeaban las ciudades con árboles de rosas. Como también en los jardines colgantes de Babilonia. Cleopatra llegó a reemplazar el loto por la rosa.
Los griegos, le daban a la rosa un carácter especial. Para las reuniones secretas-donde se decidían las estrategias para la guerra, se hacían en una casa que en el techo se colocaba una rosa.
Las rosas negras florecen sólo en verano, en un pueblo de Turquía, llamado Hadfeti. En otras épocas del año las flores son de color morado-borgoña. Posee pigmentos hidrosolubles, también conocidos como “antocinianas” que le dan ese color, además del pH del agua.
Aquí en Entre Ríos, tenían gran prestigio, las rosas negras de Flora Urquiza. Cuentan personajes como Patol Guerrero de La Criolla (dpto. Concordia) que doña Flora tenía esa parte del jardín cercado, recelosa que le hurtaran un retoño o un esqueje y con escopeta en mano vigilaba a quienes llegaban a la casona como vendedores ambulantes o gurises que llevaban las verduras. No hemos podido conseguir datos para saber si el color negro lo obtenía de una mezcla especial de tierra y un agua preparada, aunque aseguran que trajo personal especializado para supervisar el jardín.
Flora del Carmen, vivía en el Palacio San José junto a sus hermanas. Fue bien educada, hablaba varios idiomas, tocaba el arpa y el piano, tenía muy buen gusto para la decoración y según su padre, - el general- tenía mucha gracia para bailar las danzas de la época.

Cuando murió su padre, recibió una importante herencia en tierras. Parte de ellas, las donó para fundar colonias. A ellas, le decían de apodo “criolla”, por eso, una de las colonias lleva su nombre La Criolla, y otras, Los Charrúas, Osvaldo Magnasco, Colonia Roca. En 1929 llegaron los primeros inmigrantes alemanes, italiano y franceses.

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